Adrián Pérez, creador de mondoagit.com.
Cuando dejé el colegio, ya hace bastante tiempo (tengo 39 actualmente), tenía algunas ideas sobre lo que quería hacer.
Me encantaban los libros y el oficio de escritor me llamaba bastante la atención. También el de periodista y, bueno, trabajar de traductor y vivir viajando tampoco sonaba mal.
Los tres oficios tenían un halo romántico. Yo tenía una imagen en la cabeza… me veía con un cigarro en la boca, en una habitación llena de libros, sentado en una mesa con un ordenador y un montón de apuntes por todos lados.
Molaba.
Yo hablaba alemán prácticamente a nivel bilingüe, así que después de darle unas cuantas vueltas, me decanté por lo último. Iba a ser traductor y, a ser posible, también traductor literario. El dinero no entraba en aquella imagen romántica de aquella habitación venida a menos.
Desde entonces, las cosas han cambiado mucho.
Después de unos años en la Universidad – empecé estudiando filología y lingüística, y luego pasé a la carrera de traducción e interpretación – dije, «¡qué leches!, esto de la Universidad es un peñazo».
Dejé los estudios.
Por aquel entonces (no sé cómo será ahora, pero supongo que parecido) podías tirarte los dos primeros años de la carrera de traducción e interpretación sin hacer ni una sola traducción. Una verdadera pena.
Empecé a traducir por mi cuenta.
Una de las ventajas del oficio del traductor, al igual que el de escritor, es que no está reglado. Cualquiera puede ser traductor, no necesitas ningún título, simplemente tienes que traducir. Esto es lo que te decía Antonio en este post sobre las profesiones del futuro, ahora lo que hace falta es hacer, no tener un papel que diga que supuestamente sabes hacer.
Me encontré con dos problemas:
- Adquirir la práctica: este fue el primer problema con el que me encontré. Esto lo fui solucionando poco a poco haciendo traducciones por aquí y por allá.
- Encontrar clientes: fue lo más complicado sin duda.
Decidí que ya que tenía que buscar clientes para mí, igualmente podía aprovecharlos para otros; así que me monté mi propia agencia de traducción (formada por una mesa, ordenador y teléfono) y me puse manos a la obra.
Esto fue a finales de 2005.
Hoy, más de diez años después, tengo una agencia que funciona. Es decir, da dinero sin que yo tenga que trabajar directamente en ella. Y ese es el motivo de que yo esté aquí, en este post quiero contarte todo lo que he aprendido en estos años para que si tú quieres, puedas trabajar de traductor y vivir viajando (o hacerlo desde casa, como tu prefieras). 😉
¿Qué es un traductor y qué tipos de traductores existen?
Puede parecer una tontería, pero creo que es importante empezar definiendo lo que hace el traductor y las diferentes opciones que existen, que son unas cuantas.
1. Traductor literario
Por un lado, está el traductor literario.
Este es el más bohemio de todos, el de la habitación cutre llena de libros que os comentaba más arriba. Gana poco, pasa horas y horas encerrado traduciendo, le interesa el gaélico (o élfico), aprende un montón de cosas raras… En definitiva, si lo haces solo por ligar más o ser guay, no aguantarás mucho.
2. Traductor técnico
Por el otro lado, está el traductor técnico.
Suele especializarse en algún tipo de textos o técnica, lo cual le facilita mucho el trabajo. Su especialidad puede ser tecnológica, científica, financiera, jurídica, software, audiovisuales, marketing…
Generalmente traduce para empresas. Este traductor sí puede hacer dinero, pero claro, los textos con los que trabaja no interesan a todo el mundo y pueden resultarte algo repetitivos.
3. Traductor jurado
También está el traductor jurado. Este es el único que tiene que tener un título antes de poder trabajar (los traductores jurados hacen un examen oficial), lo que le permite tener unas tarifas más altas (menos competencia).
Las traducciones juradas son bastante repetitivas, de forma que si te organizas bien, puedes traducir muy rápidamente y hacer bastante dinero. Pero claro, tampoco son textos especialmente interesantes (carné de conducir, diplomas, certificado de penales, contratos…).
4. Intérprete
Tenemos al intérprete que es un traductor que traduce de forma oral en lugar de por escrito.
Esta es la versión más “social” del traductor. En este caso acompañas a tus clientes en su visita a una fábrica o en sus negociaciones, aunque también está el intérprete simultáneo, que traduce desde unas pequeñas cabinas lo que dicen otros durante sus reuniones o conferencias.
5. Traductor de subtítulos
Por último, está el traductor de subtítulos. Estos vuelven a tener un toque más romántico, como en el caso del traductor literario. Por desgracia, tampoco cobran mucho; pero bueno, más que los traductores de libros.
Ah, por cierto, por cuestiones de calidad y rapidez, los traductores suelen traducir a su idioma materno, no al extranjero.
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El buen traductor traduce a su idioma materno, no al extranjero¿Qué conocimientos y habilidades debe tener un traductor?
Ahora te explicaré cuatro puntos fundamentales si quieres vivir como traductor profesional.
Dos de las habilidades son importantes para que tu producto sea bueno y las otras dos para que el negocio funcione. Pero todas ellas se adquieren y mejoran con la práctica.
1. Dominar el idioma extranjero
De todos los conocimientos posibles, si quieres trabajar de traductor, este es de los más importantes.
No es suficiente con entender más o menos lo que te dicen, ni con ser capaz de hablar de forma fluida en la otra lengua. Tienes que ser capaz de reconocer los diferentes matices y de ser capaz de reproducirlos en tu idioma.
Ahora bien, si no tienes la suerte de haber aprendido de niño un segundo idioma, ¿cómo puedes llegar a dominar otro?
Muy fácil, echándole tiempo (y si tu segundo idioma va a ser el inglés, yo empezaría con este artículo sobre cómo aprender inglés online y este otro sobre la mentalidad para aprender un idioma).
Para aprender una lengua, tienes que pasar un tiempo en algún país en el que se hable (de hecho, una de las mejores formas de aprender otro idioma es echándote un novio o novia de allí).
En principio, como buen viajero (o aspirante a viajero), no deberías tener problema en salir de España y pasarte unos cuantos años en países en los que se hable el idioma que quieres aprender. Pero por si todavía te quedaba alguna duda, aprender el idioma en la Universidad o ir a la escuela de idiomas muy rara vez es suficiente, tienes que salir y empaparte totalmente del otro idioma (aquí tienes una historia que ejemplifica bien esto).
Existe una pequeña excepción a esta obligación de conocer el idioma a fondo. Si eliges un tema muy, muy especializado, puedes traducir sin tener mucho control del idioma extranjero. Es algo que a lo mejor te sorprende, pero sí, los textos más difíciles de traducir son los generales, los que no son especializados.
2. Dominar el idioma propio
Además del idioma extranjero, también necesitarás un gran control del idioma propio. Tienes que tener los recursos necesarios para expresar lo que se decía en el otro idioma sin modificar el mensaje (demasiado) y, por supuesto, tienes que ser capaz de escribir correctamente y sin errores gramaticales u ortográficos.
Si quieres mejorar esta habilidad, la mejor que puedes hacer es:
- Leer y escribir a menudo en el idioma propio (y que mejor para eso que crear un blog). 😉
- Andar siempre con el diccionario en la mano (te lo puedes descargar en el móvil).
- Dudar de lo que crees saber (a menudo pensamos que una palabra significa algo o se usa de una forma, y resulta no ser del todo correcto).
Práctica, práctica y más práctica.
3. Mantener una disciplina
El tercer punto no es un conocimiento, ni una habilidad, es algo que te da la práctica. Es la capacidad de mantener una disciplina, algo que a mí no se me daba bien, pero que también fui capaz de aprender.
¿Cómo introduces algo de disciplina en tu vida?
Fácil, vete paso a paso.
La clave es intentar no cambiar todo de golpe y no ser demasiado duro con uno mismo.
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La disciplina se introduce voluntariamente y poco a poco, nunca intentes cambiar demasiado rápidoEn el caso del traductor, significa trabajar con fechas de entrega y considerarlas algo sagrado e irremediable. Te recomiendo hacer un plan cada vez que empieces un proyecto nuevo y crear un plan de entregas o hitos básicos.
A partir de ahí, las cosas caen en su sitio como por arte de magia. Eso sí, no pienses que llegarás sobrado, al contrario, la última noche te darás la panzada padre.
He conocido a muchos traductores. Traductores de todo tipo, gente de la que nunca hubieras pensado que serían capaces de mantener una disciplina trabajando en casa y sí lo han hecho.
Si te interesa leer un poco más sobre la disciplina, este artículo puede interesarte.
4. Venderte
Ya por último, te presento la habilidad más universal (sí, incluso más que la de ser disciplinado): la habilidad de venderte.
Ya sé que te decía antes que lo de ser traductor es muy bohemio y que eso parece estar reñido con cualquier forma de capitalismo o actividad comercial; pero al final, la realidad es que si quieres vivir bien, si quieres ser libre, tienes que aprender a venderte.
En la cultura latina nos cuesta mucho más vendernos que en otras (los anglosajones no son tan pijoteros con esto como nosotros), y a pesar de ello, no lo dudes, cualquiera puede aprender a vender.
Eso sí, olvídate de todo lo que crees saber sobre vender.
Vender no es intentar convencer a gente para que adquieran algo que no necesitan. Vender es informar, comunicarse, conocer la psicología humana y asegurarte de que todo el mundo sabe lo que haces. Asegurarte de que tienen claro que se te da bien y que pueden confiar en ti para ese trabajo.
Vender no es engañar a nadie, vender es ayudar a la gente a elegir y conseguir lo que quieren.
Nunca vas a tener que convencer a nadie para que compre algo que no necesite, simplemente le tendrás que explicar lo que haces y cómo puedes ayudarle con sus necesidades. Pero para eso, tendrás que ser capaz de ver más allá del primer NO.
Es decir, tienes que darte un empujón y salir de vez en cuando de tu área de confort.
¿Cómo es el día a día de un traductor?
No quiero que te pase como a la mayoría de los que estudian traducción. He visto desfilar un montón de becarios por mi agencia y recuerdo lo que les pasó a muchos de mis compañeros de carrera: apenas un 20% han terminando trabajando como traductores.
Para que esto no te ocurra, te voy a contar qué es lo que te espera una vez que seas traductor profesional y te voy a dar un pequeño consejo que te ahorrará muchos problemas.
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¿Te atrae ser traductor? Lo 1º es averiguar si este trabajo es para ti. Entra aquíLa realidad es que hasta que no empiezas a traducir no sabes lo que es ser traductor, así que cuanto antes lo hagas, antes sabrás si la vida del traductor es para ti.
A muchos estudiantes de traducción les ha ocurrido. Hasta que no tuvieron el título en mano y empezaron a hacer sus primeras traducciones, no vieron que eso implica estar encerrado en una habitación frente al ordenador y en total concentración durante horas y horas. Y claro, para muchos aquello no era lo suyo.
Así que coge un libro de 50 páginas, o mejor todavía, varios artículos de la Wikipedia (que sumen al menos 20 mil palabras) y tradúcelos a tu idioma en un máximo de 15 días. De esta forma tendrás una idea bastante buena de lo que es la vida del traductor.
Ventajas y desventajas de ser traductor
Pero, ¿qué te espera cuando seas traductor? ¿Cuáles son las características de este tipo de vida?
Ser traductor tiene una serie de ventajas y desventajas que te harán amar y odiar a la vez esta profesión.
Algunas desventajas:
- Las épocas de vacas flacas: hasta que no te hayas establecido (e incluso entonces), pasarás por largos periodos con pocos ingresos. Tienes que aprender a organizar tu dinero y guardar para después (de todas formas, más adelante te explico cómo puedes evitar esta desventaja).
- La flexibilidad es determinante: durante estas épocas sin trabajo, tienes que amoldarte a otras realidades (sobre todo al principio) y estar dispuesto a hacer otras cosas para ganarte la vida. Esto es especialmente cierto para intérpretes o profesionales de la subtitulación, rara vez viven exclusivamente de ello y suelen hacer también traducciones o dar clases de idiomas.
- Los plazos suelen ser apretados: los clientes siempre quieren los encargos para ya mismo, lo que significa que después de un tiempo sin trabajo, tendrás periodos de estrés a tope e incluso noches sin apenas dormir.
- Mantén la concentración: cuando trabajas no puedes estar a otra cosa, traducir es una actividad muy “sesuda” e intensa que es incompatible con el (de todas formas poco recomendable) multitasking o multitarea.
- Es un trabajo bastante solitario: si te gusta relacionarte con otras personas, la traducción no te lo va a poner fácil. A menos que te dediques a interpretar durante negociaciones, visitas o algo parecido, será un trabajo bastante unipersonal.
- Compañeros de profesión tóxicos: hay mucho amargado, arrogante y quejica en el sector (especialmente entre los hombres), ¡aléjate de esta gente para no acabar igual!
- Los sueldos podrían ser mejores: aunque existen excepciones, son muy pocos los que realmente hacen un buen dinero con la traducción. Es decir, generalmente no está muy bien pagado (pero no te preocupes, más abajo también te hablo de cómo cambiar esto).
Algunas ventajas:
- Trabaja como quieras: nadie te va a decir lo que tienes que ponerte, cómo tienes que organizar tu espacio de trabajo, ni nada por el estilo.
- El contacto directo con el cliente suele ser mínimo: la mayoría de las veces es solo por email o teléfono, es decir, puedes decidir cuándo estás disponible y cuándo no (es un trabajo perfecto para un nómada digital, tanto para los que quieran trabajar desde su casa como para los que quieran vivir viajando).
- Organiza tus horarios: puedes levantarte y acostarte cuando quieras. Tampoco te dirán a qué hora tienes que empezar (y terminar) con tu trabajo, lo único que importa es cumplir con la fecha de entrega.
- No estás atado a ningún lugar: si te decides a viajar y te organizas bien, tendrás varias ventajas. Por un lado podrás aprovechar el geoarbritaje para que tus euros o dólares te duren más. Por otro, podrás viajar como turista perpetuo, o fijar tu residencia en un lugar en el que no pagues impuestos y la burocracia no te estrangule como en España.
- Aumenta tus perspectivas: tendrás una visión más abierta de cómo funciona el mundo, lo que te convertirá en mejor persona.
- Ligarás más: serás imprescindible en tu grupo y ligar te resultará más fácil, ¡eres el único (o la única) que habla otros idiomas de forma fluida! Por cierto, si eres chica y estás cansada de esperar, te interesará saber que no en todos los lugares del mundo está mal visto que seas tú quien tome la iniciativa al ligar, prueba por el centro o norte de Europa. Eso no deja de ser un aliciente más para que te decidas a viajar sola.
- Fiestas de traducción: aunque es verdad que hay mucho traductor amargado, también hay otros muchos que molan. Yo siempre me lo he pasado muy bien en las fiestas «traductoriles», donde se ha hecho de todo menos hablar de traducción.
- Aprendes un montón de cosas: si te interesa el conocimiento y quieres mejorar tu cultura general, el trabajo del traductor es perfecto, ¡te pagan por aprender!
Ahora que ya sabes los pros y los contras, veamos qué tienes que hacer para poder trabajar como traductor.
La formación del traductor
Si quieres dedicarte profesionalmente a la traducción, en España hay muchas universidades, tanto públicas como privadas, que ofrecen esta carrera dentro de su oferta académica (aquí y aquí tienes dos listas).
Eso sí, recuerda que lo primero que tienes que hacer si todavía no dominas tu primera lengua extranjera, es irte a un país en el que se hable para aprender el idioma y conocer la cultura. Ya sabes que aunque no tengas mucho dinero, siempre hay formas de viajar.
De todas formas, en mi opinión, ni el traductor ni prácticamente nadie está obligado a formarse en la Universidad y puede aprender todo lo que necesita sin pasar cuatro a cinco años de su vida en dicho entorno.
Soy un gran convencido de que la enseñanza reglada es poco práctica en la mayor parte de los casos y de que la mejor forma de aprender es por iniciativa propia (de hecho, en la educación de mis hijos, apuesto totalmente por el unschooling). Si te gustaría saber más sobre cómo está cambiando el mundo de la educación, este artículo te va a interesar.
Pero volvamos a lo nuestro.
Aquí tienes una pequeña lista con lo mínimo que necesitas aprender y dominar:
- El idioma: propio y extranjero.
- La cultura: propia y extranjera.
- Lo básico: teoría y práctica de la traducción.
- Tus herramientas: tu ordenador (o portátil) y aplicaciones de ofimática (Office).
- Aplicaciones: programas especializados (tienes un curso gratuito muy interesante o puedes leer una pequeña introducción).
- Finanzas: algo de contabilidad y administración.
Eso sí, también es conveniente que leas algunos libros sobre traducción de modo que puedas mejorar.
1. Sobre las herramientas de traducción y el equipo que necesitarás
Una de las ventajas del traductor es que no está obligado a hacer una gran inversión antes de poder empezar a trabajar. No obstante, sí existen una pocas herramientas que te facilitarán mucho el trabajo y con las que te aconsejo empezar a trabajar desde el primer día.
- Diccionarios y glosarios: en principio no hace falta que compres gran cosa (menos si vas a especializarte en algún campo). Hoy en día tienes casi todo gratis en Internet. La Wikipedia es uno de esos recursos que aprenderás a amar cuando tengas que traducir términos que no conozcas. Aún así, te dejo esta lista de diccionarios y glosarios.
- Herramientas TAO (traducción asistida por ordenador): existen muchas, pero las más conocidas son SDL Trados, WordFast, Transit NXT, MemoQ, OmegaT… Si estás empezando, prueba OmegaT, es gratuita y funciona bastante bien. WordFast tiene una versión de prueba gratuita pero está bastante limitada. Aquí tienes las más interesantes.
Ah, y si vas a dedicarte a subtitular, tienes Subtitle Workshop, una gran herramienta que además es gratis.
2. Tus primeros pasos como traductor
Cuando ya has terminado tu formación (como decía, no tienes por qué ir a la universidad. Hazte un favor y olvídate de los títulos, no te van a ayudar gran cosa), o si ya tienes el conocimiento mínimo necesario para traducir (ya sabes, dominas lo suficiente el idioma extranjero y el propio), empieza lo realmente divertido, empiezas a trabajar y a hacer dinero.
Y, ¿qué necesitas para trabajar? Muy fácil, clientes que te pidan traducciones.
Puedes traducir para intermediarios o para clientes finales. En los siguientes apartados te cuento cómo puedes acceder a este tipo de clientes.
No voy a hablar hoy del caso de traductores in-house que trabajan en empresas por cuenta ajena, ya que estos no suelen poder viajar.
Trucos para que las agencias de traducción trabajen contigo
La forma más rápida de conseguir trabajo es colaborando con una agencia, es más, si eliges bien la agencia puedes ahorrarte un montón de trabajo: no tienes que ocuparte de la atención al cliente, de reclamar a morosos y pueden ayudarte si encuentras dificultades.
Como te contaba al principio, tengo mi propia agencia de traducción, así que te puedo decir de primera mano que si te lo montas bien, no te faltará el trabajo (aunque a la larga, te aconsejaría buscar también clientes finales).
Lo más importante es que no hagas lo mismo que los demás.
Te pongo de ejemplo algunos datos de mi agencia para que lo veas muy claro:
- Mi agencia recibe una media de 10 solicitudes de trabajo al día: unos rellenan los formularios que tenemos para traductores y otros envían emails sueltos.
- De tres a cuatro veces al año, un traductor se pasa directamente por alguna de las diferentes oficinas que tenemos: vamos, que estamos ante un mercado con movimiento.
Te dejo varios trucos que te harán interesante para las agencias de traducción.
1. Diferénciate
No te voy a decir que solo con pasarte por la oficina te vayan a contratar (de hecho no será así), pero si quieres que presten atención a tu solicitud, ir en persona te va a ayudar.
Ten en cuenta que si llegas a una agencia en España, haces una presentación como la de todos los demás y dices que traduces del inglés al español sin más… no vas a conseguir nada.
De las solicitudes serias, al menos un 70% son de traductores del inglés al español.
Esto no significa que traducir del inglés al español sea mala idea. La gran mayoría de traducciones se hacen entre esos dos idiomas, simplemente implica que tienes mucha competencia. En cambio, si tienes un socio nativo inglés, traducir a este idioma puede ser una gran ventaja si trabajas con clientes españoles, hay mucha demanda y poca competencia.
2. Ofrece tus servicios en el extranjero
Es diferente si en lugar de presentarte en una oficina española lo haces en una alemana o en EE.UU.
También dependerá de si lo haces en periodo de vacaciones, si ofreces una buena tarifa o si estás especializado en algo que hayas visto en su página web y que ofrecen a sus clientes.
3. Acepta una prueba gratis
Si además les dices que estás dispuesto a traducir un texto de no más de cinco mil palabras gratis o a mitad de precio si te dan una oportunidad, seguro que te ponen a prueba.
Eso sí, antes de ofrecer tu trabajo gratis (o de trabajar con la agencia que sea), infórmate en Internet sobre ella. Hay mucho moroso por el mundo.
4. Estudia a tu cliente
En PROZ (si no tienes un perfil allí, te aconsejo abrirlo cuanto antes), una plataforma para trabajar como traductor, puedes ver lo que otros traductores opinan de la agencia. Y por supuesto, nada mejor que una búsqueda en Google para conocer su reputación. Presta especial atención a cualquier comentario que hable de cómo pagan.
5. Personaliza tu mensaje
Es aconsejable que personalices tu mensaje basándote en lo que hayas leído en su web sobre las especialidades que cubren y su forma de trabajar.
6. Aprovecha la ocasión
Existen diferentes momentos en los que los traductores freelance habituales de las agencias se van de vacaciones. Es una ocasión perfecta para que presten atención a tu solicitud y empieces a trabajar con ellos. Asegúrate de dejar buena impresión para que luego sigan contando contigo.
7. Muéstrate como experto
Por otro lado, cuando tratas con agencias es fundamental que quede claro que sabes de lo que estás hablando. No olvides nunca dar tu precio por palabra o de la forma que sea habitual (en Alemania son Normzeilen, en el ámbito inglés por miles de palabras, en Italia la cartella…).
Si no sabes qué tarifa poner, no te preocupes, más abajo hablo de este punto.
Deja claro cuál es tu especialidad, pero prepárate para hacer lo que te pidan. En cuanto te llamen o escriban, si crees que puedes hacer el trabajo con suficiente calidad, di que sí.
8. Reacciona rápido
Mantente disponible. Nunca sabes cuándo te llamarán, pero solo tendrás una oportunidad. Si te contactan y no respondes rápidamente, tendrás que esperar mucho hasta la siguiente vez.
Tener perfiles en LinkedIn, PROZ o llevar un blog puede ayudar a que la agencia te contrate. Pero ojo, no tanto como se suele pensar, así que tampoco inviertas mucho tiempo en esto al principio, lo justo para tener una presencia mínima y que se vea que realmente te dedicas a la traducción.
9. Suma experiencia
Ten en cuenta que las agencias generalmente piden a sus traductores uno o dos años de experiencia, además de alguna referencia. Así que ya sabes, cuanto antes empieces a traducir, mejor. Una buena opción puede ser hacer traducciones como voluntario, para ello puedes dirigirte a alguna ONG o a iniciativas como PerMondo.
Hacer prácticas puede ayudarte a conseguir trabajo en la agencia donde estuviste (en mi agencia solemos colaborar con los becarios que pasaron por aquí y que vimos que hacían bien su trabajo).
Si quieres viajar, quizás puedas hacerte con unas prácticas en alguna agencia extranjera. Así coges experiencia y puedes conocer otros países.
10. Ponte en su lugar
Ya por último, si quieres trabajar con una agencia, no está de más entender cómo piensan los coordinadores de las agencias.
Trucos para conseguir clientes directos como traductor
Y ahora una de las preguntas que, con razón, más preocupan a todo traductor: ¿cómo consigo clientes directos?
1. Comunica
Lo primero es decir a todo el mundo que eres traductor. Todo el que te conozca tiene que tener claro a qué te dedicas y tiene que quedarse con la sensación de que se te da bien (si no, no te recomendarán).
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¿Eres traductor y no sabes cómo encontrar clientes? Yo estoy descubriendo cómo en este post de @iviajeraLas tarjetas de visita no son obligatorias, pero a mí me han ido bien y no son caras. Si llevas siempre unas cuantas contigo, puedes repartirlas entre gente que vayas conociendo y a la que creas que puede venir bien.
Eso sí, por favor, no dediques mucho tiempo (ni dinero) en diseñar un logo ni en una web ni nada de eso, céntrate en conseguir clientes a la antigua usanza, a través de tu red de contactos.
2. Crea tu red
Los conocidos y familiares son una pieza fundamental en tu estrategia que deberá apoyarse en tu red de contactos y el boca a boca.
Coge varios post-its y úsalos para crear un mapa con toda la gente que conoces. Apunta a todos:
- Tu tío que trabaja en Repsol.
- Tu tía que es abogada y tiene muchos contactos.
- Tu primo el de la internacional.
- Tu antiguo compañero de piso que ahora trabaja en una farmacéutica.
- Etc.
Cuando tengas tu mapa, empieza el trabajo.
Coge el teléfono y empieza a contarles que ahora te dedicas a la traducción desde hace tiempo, que ya trabajas con «x» clientes, que te has especializado en «x» temática y que como sabes que él/ella trabaja en «x»… que habías pensado que quizás podría ayudarte a conseguir una oportunidad o facilitarte algún contacto.
3. Repite
Ten en cuenta que el marketing y el trabajo comercial (que es lo que estás haciendo) no son actividades que se hacen una vez y ya. Tienes que insistir, asegurarte de que no te olviden, invéntate una excusa para recordarles que existes y que sigues traduciendo.
4. SEO (optimización para buscadores)
El SEO local también puede ayudarte, pero yo esperaría un poco antes de invertir tiempo en ello. Para cuando llegue el momento, puedes echar un vistazo a este post sobre posicionamiento.
5. Especialízate
Para conseguir clientes una de las mejores opciones es especializarte. Al hacer esto dejas de ser uno del montón y te conviertes en el único que sabe cómo traducir algún tipo especial de contrato, manual o lo que sea.
Una vez que te hayas decidido por tu especialidad, puedes probar a escribir o incluso llamar a empresas de esa rama. Es verdad que estás spameando un poco, pero, por otro lado, si eliges bien los destinatarios y personalizas totalmente tu mensaje, la probabilidad de que salga algo es relativamente alta.
Por cierto, una de las especialidades más valoradas es la de traductor de páginas web y publicidad (transcreación). Hace no mucho escribí un artículo como invitado bastante completo en el que contaba cómo traducir para Internet.
6. LinkedIn
Si quieres trabajar a nivel ninja, puedes incluso usar LinkedIn y descubrir así al contacto que necesitas. Lee este post de Inge Saez, te dará muchas ideas.
7. Colabora
Otra forma de conseguir trabajo (e incluso de hacer dinero), es colaborar con otros traductores. Puedes conocerlos yendo a encuentros de traductores o dándote de alta en las asociaciones. Por supuesto, también existen grupos en Facebook de traductores.
Si te acostumbras a responder preguntas de otros traductores (sobre todo las que tengan que ver con tu especialidad), pronto la gente te asociará con una temática y te verán como una autoridad. Es más, habrá unos cuantos que cuando les sobre el trabajo o no puedan realizar la traducción que les piden, te recomendarán simplemente por gratitud.
No te apuntes a todos los grupos que existen, acostúmbrate a usar unos pocos. PROZ y como mucho dos o tres más, pero conviértete en alguien conocido allí.
Por supuesto, no sería mala idea hablar con unos cuantos traductores de otras especialidades que hayas ido conociendo y ofrecerles una colaboración. Muchos traductores hacen esto sin que medie dinero, pero yo te aconsejaría ofrecer un 5% a un 10% a quien te recomiende y tú hacerlo con tus compañeros sin pedir dinero a cambio.
Lo mismo puede funcionar con tus clientes.
Una vez que hayas decidido cuál es tu especialidad (por ejemplo, SEO o algún tipo específico de contrato), te metes en dos o tres grupos de estas temáticas y cada vez que surja una duda en el área de tu especialidad, respondes.
Bueno, podríamos seguir horas y horas hablando de cómo conseguir clientes, pero creo que ya tienes suficientes ideas para empezar.
No vas a conseguir clientes en 2 días, pero si insistes y pasas a la acción, pronto tendrás alguno.
La baza de los familiares y amigos es para mí fundamental. Así que ya sabes, céntrate en el boca a boca (especialmente para conseguir recomendaciones por tu especialidad) y en desarrollar y aprovechar tu red.
El traductor como empresario e inversor: cómo ganar dinero también cuando no tienes encargos
La actividad del traductor tiene una desventaja, solo cobras cuando trabajas. Es decir, si no trabajas, no hay dinero. Esto es un gran problema que pone tu negocio (sí, si eres traductor tienes un negocio… de traducción) en riesgo.
Para contrarrestar esto yo te aconsejaría como mínimo:
- Ahorrar algo del dinero que recibas.
- Introducirte en la inversión en bolsa y otros (¿has escuchado ya esta charla con un trader o conoces este curso sobre la inversión para principiantes?).
Pero dado que no todo el mundo está preparado para esto, te voy a hablar de otra opción.
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En lugar de invertir tu dinero, podrías invertir tu tiempoEsto es algo que yo vengo haciendo durante un tiempo y que me está dando muy buenos resultados.
Te cuento.
Existen un montón de proyectos en Internet, ya sean blogs, webs de servicios, tiendas o lo que sea; que ves que tienen algo especial, que nada más que das con ellos dices: «leches, esto vale mucho, ¿cómo puede ser que esto no exista en español?» (o en el idioma que sea).
No siempre estos proyectos se van a poder trasladar a otro país, ya sea por problemas logísticos, legales, lingüísticos, etc. Pero hay bastantes con los que sí se puede hacer.
La idea es simple: encuentra estos proyectos, ofrécete a traducir los textos (sin que te paguen directamente por ello) y llévate una parte del dinero que entre a través de esta joint venture.
En mi caso, dado que hablo inglés, español y alemán, (y además tengo la agencia de traducción en la que puedo apoyarme si en algún momento lo creo conveniente), los últimos proyectos en los que he invertido son traducciones del alemán al español (Librestado), del alemán al inglés (Tax Free Today), y otro que estoy empezando, del español al inglés (thesheeplesawakening.com).
En estos casos se trata de blogs con información muy útil que vienen con servicios o productos asociados. Ahora, una vez que los he traducido (y que he ayudado a darlos a conocer en el nuevo idioma), no tengo más que esperar a que el proyecto empiece a hacer dinero y poner el cazo.
Suena bien, ¿no?
Tengo una propuesta para ti
Llevo tiempo pensado en hacer un curso en el que exponer mi experiencia con esto de los proyectos paralelos y explicar cómo hacerlo correctamente (es importante tener en cuenta ciertas características del proyecto, elegir bien a tu socio, dejar todo bien claro…), así que os propongo una cosa:
Si hay suficientes personas (mínimo 20) se apuntan para el curso, lo hago.
Acabo de crear una landing para el curso, puedes acceder a ella aquí.
No quiero que el precio sea un problema, así que si te apuntas ahora costará solo 49€, después el precio aumentará en 20 euros, costará 69€.
El curso incluirá:
- Contratos.
- Plantillas de emails.
- Lista de herramientas necesarias.
- Consejos para las colaboraciones.
- Las bases del SEO.
- Cómo encontrar afiliados y socios en los otros idiomas.
- Cómo localizar una web o blog.
Es decir, tendrá todo lo que necesitas para empezar a montar tus proyectos.
Por supuesto, si eres un traductor de inglés (o de otro idioma), puedes empezar a poner todo esto en práctica y convertirte en mi socio para traducirlo y ayudarme a distribuirlo entre el público angloparlante. Escríbeme y seguro que llegamos a un acuerdo. 😉
Lo dicho, si te interesa, echa un vistazo a la información y el temario del curso para traductores.
¿Cuánto debería cobrar como traductor?
Y ahora, la gran pregunta, ¿cuánto cobramos? ¿qué tarifas aplicamos?
En su momento escribí un artículo muy a fondo sobre cómo decidir tus tarifas, pero también tienes algo más breve y concreto en este otro post sobre tarifas de traducción (echa un vistazo a los comentarios, tiene muchos).
Más allá de esto, te aconsejaría lo siguiente:
- Investiga cuál es el precio de mercado: o si lo prefieres puedes mirar las tarifas de traducción de Mondo, nosotros ya lo hemos investigado por ti.
- Bájalas en un 20%, más o menos.
- Súbelas cuando tengas suficiente trabajo.
Ahora, como te decía, esas son las tarifas para clientes finales, si quieres trabajar para agencias (intermediarios) en España:
- Una tarifa de 5 a 6 céntimos (por palabra) si traduces del inglés o francés al español.
- Una tarifa de 6 a 8 si traduces al inglés.
- Una tarifa de 6 a 7 si traduces del alemán.
En general, puedes cobrar un 20 a 30% más cuando trabajas con clientes finales. Si vas a traducir para agencias o clientes fuera de España, puedes subir tus tarifas fácilmente en 2 céntimos. Ah, y también te aconsejaría poner también una tarifa mínima por proyecto de al menos 20 euros.
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¿Quieres trabajar de traductor? Aquí sabrás cuánto puedes cobrarA modo de conclusión
Para finalizar este artículo (que vamos ya por las 6.000 palabras), vamos a hacer un pequeño resumen con lo más importante:
- Ser traductor mola: puedes viajar, trabajar sin vestirte desde donde estés, no tienes un jefe… pero tiene un problema, no es aconsejable para personas a las que no les gusta concentrarse y traducir. Empieza a traducir cuanto antes para descubrir si realmente te gusta y para conseguir esa experiencia tan necesaria.
- Los traductores han de saber muchas cosas: lo más importante son sus idiomas. Hablar fluido otro idioma no significa que seas capaz de traducirlo.
- El traductor es un empresario: así que además de los conocimientos necesarios para ejercer tu profesión, también tienes que aprender a mantener la disciplina y venderte.
- No es necesario que estudies traducción: si ya controlas los idiomas con los que trabajarás, en lugar de pasar cuatro años en la Universidad, puedes empezar a traducir, viajar y ganar dinero desde ya mismo.
- Los clientes: lo primero de lo que te tienes que preocupar una vez que sabes traducir es de conseguir clientes. Empieza por lo más sencillo, tus contactos y después las agencias de traducción.
- Ingresos variables: uno de los mayores problemas que tendrás como traductor es que tus ingresos dependen directamente del trabajo que tengas. Puedes evitar esta desventaja invirtiendo en tus propios proyectos (y aquí tienes un curso que te muestra cómo hacerlo).
Y esto es todo amigos, ahora, si quieres trabajar de traductor online, no tienes más que seguir los pasos de este manual.
Si lo que quieres es alguien que te apoye en tu camino, me parece una gran oportunidad acceder a la Escuela Nómada Digital.
Yo quería tener libertad y poder ayudar a un mayor número de personas, y crear mi proyecto online de traducción me lo ha permitido.
¡Suerte! Te espero en los comentarios.
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