De todos los destinos que tienes la opción de escoger si visitas Francia, Estrasburgo es quizá uno de los menos típicos que puedes ver.
Y es que si hablamos de Francia, es fácil que nos vengan a la cabeza lugares tan emblemáticos como la Torre Effiel de París, el Louvre… ¡o incluso Eurodisney!
Pero aunque todo eso está muy bien, la verdad es que yo siento una mayor atracción por esos lugares menos transitados.
Pueblos y ciudades que aún sin recibir cantidades inmensas de turismo, se mantienen bellas y dignas de admirar.
Por eso hoy he venido a hablarte de Estrasburgo.
Una ciudad que a pesar de ser tan relevante a nivel europeo, me da la sensación de que pasa algo desapercibida. Y es una lástima porque es un lugar bellísimo.
Quédate conmigo porque vamos a caminar por las calles de esta ciudad y veremos puntos tan interesantes como estos:
- La Cathédrale Notre Dame de Strasbourg.
- La Passerelle des Deux Rives.
- El barrio de Le Petit France.
- El Parc de l’Orangerie.
- La Grande Île
Pero antes de meternos de lleno, no quería comenzar este post sin hacer dos cosas realmente importantes.
La primera es presentarme debidamente, por supuesto.
Mi nombre es Fran Contreras, soy de Valencia (España) y soy redactor digital de la Escuela Nómada Digital e Inteligencia Viajera.
¡Exacto! Formo parte del equipo que lleva el funcionamiento de este proyecto tan maravilloso que tienes delante de ti.
La segunda y más importante aún: quiero agradecer a Antonio G y al resto del equipo el haberme dado la oportunidad de añadir mi pequeño granito de arena a este blog.
Es un auténtico privilegio firmar un artículo con mi nombre en un lugar de semejante prestigio.
Y hechas las presentaciones, ¿qué te parece si nos embarcamos en este pequeño viaje a Estrasburgo?
¡Vamos allá!
Los lugares más emblemáticos que ver en Estrasburgo
Te seré sincero. Estoy enamorado de mi ciudad natal.
Aunque me encanta viajar y conocer nuevas culturas, nunca me ha afectado el síndrome del viajero eterno.
Siempre he regresado de mis viajes feliz y contento pensando: «Ha sido una experiencia genial, pero sigo prefiriendo vivir en Valencia».
Excepto en un caso.
Estrasburgo me cautivó desde que puse un pie en ella hace ya tantos años. Y a día de hoy, sigo teniendo claro que sería muy feliz si viviera allí de manera permanente.
De hecho, no descarto hacerlo. Al fin y al cabo, la mía es una de esas profesiones emergentes que me permiten trabajar desde casa o desde donde quiera, ¿verdad? 😉
Pero, ¿qué tiene Estrasburgo que me atrapó con tanta intensidad?
Tal vez sea la forma en que integran lo antiguo con lo vanguardista.
Quizá fueron las extensas zonas verdes con pequeñas cascadas y lagos.
O las casas con herencia germánica que me parecían sacadas de mis amadas historias de fantasía.
No lo sé, pero vamos a intentar averiguarlo juntos paseando por los lugares más emblemáticos de la ciudad. ¿Te apetece?
Pues no me enrollo más. ¡Al lío!
1. La Cathédrale Notre Dame de Strasbourg
No podía comenzar de otra manera. La Catedral de Notre Dame es una visita imprescindible que debes ver en Estrasburgo.
Me fascinó el contraste de colores que mostraba este edificio la primera vez que mis ojos se posaron en él.
Mira que yo no soy un entendido en materia arquitectónica, pero podría pasarme un buen rato hablándote sobre este edificio.
Vamos a echarle un vistazo por partes porque te prometo que valen la pena.
A. El exterior de la Catedral de Notre Dame de Estrasburgo
La catedral no se ve de la misma manera a mediodía que al atardecer, ¿sabes?
Sus muros de arenisca parecen tener vida propia y sus tonalidades varían en función de la posición del sol.
Como si en cierta manera el edificio estuviera vivo y reaccionara al discurrir de las horas.
No importa en qué punto de la ciudad te encuentres. Si elevas la vista hacia el cielo, siempre podrás ver su aguja de 142 metros de altura.
La fachada de la Catedral es en sí misma un libro de Historia. No hay superficie de sus muros que no esté decorada con figuras y relieves, y todos ellos tienen algo que contar.
El arco gótico que decora la puerta principal, llamado tímpano, es una auténtica locura de esculturas. Podría llevarte horas reparar en los detalles de cada una de ellas.
No sé si te habrá pasado, pero hay veces que entro en un edificio antiguo, y casi puedo intuir que entre sus muros aún reverbera el eco de los siglos pasados.
Es como si sus criptas y habitáculos contaran historias que no se escuchan con los oídos, pero se pueden sentir con el alma.
Y eso es justamente lo que me ocurrió al adentrarme en la catedral.
En su interior puedes encontrar verdaderas maravillas que te dejarán con la boca abierta, incluso aunque no tengas demasiada afición a temas religiosos.
B. Las vidrieras y los rosetones de Notre Dame de Estrasburgo
A mí me gustan las lucecitas y los colorines. Esto es una verdad innegable. Me pones delante de unas luces de Navidad y soy el chico más feliz del mundo.
Por eso se me iluminaron los ojos cuando pude disfrutar del juego de brillantes colores que emitían las vidrieras de la catedral.
Tanto más cuando posé la vista en rosetón norte por primera vez.
Una circunferencia de unos 15 metros de diámetro compuesta por miles de cristales de colores.
Imagina por un momento lo que debe ser estar dentro de la catedral cuando la luz incide en el interior a través de esta vidriera.
Le da a la estancia un ambiente profundamente místico.
Puedo llegar a entender que una persona en el año 1300 pudiera sentir que estaba más cerca de algo divino dentro de estos muros.
C. El reloj astronómico de Estrasburgo
Pasamos de lo místico a lo tecnológico con el reloj astronómico (recordando que data del año 1838).
El reloj que podrás contemplar hoy en día es la 3ª versión que se ha construido, cada una más puntera que la anterior.
Honestamente, es difícil explicar con palabras la maravilla que representa este reloj. Algunas cosas sencillamente es necesario contemplarlas para atisbar su magnificencia.
Por si no lo imaginabas, esta estructura de 18 metros de altura va mucho más allá de marcar las horas.
Una de sus secciones marca el cálculo eclesiástico. Se trata de una serie de engranajes dorados que solo cambian cada 31 de diciembre.
En el fin de año, estas ruedas giran para mostrar las fechas del año que entra, incluido el día de Pascua (que varía de año en año).
La esfera central muestra el movimiento aparente del Sol y la Luna respecto a la Tierra con una precisión asombrosa.
En esta esfera también encontrarás una estatua del dios Apolo que señala con su flecha el día en el que te encuentras.
La esfera que se encuentra en la parte superior, te marca en tiempo real la posición de los planetas respecto al Sol, en un diagrama heliocéntrico.
Y para finalizar, en la parte superior está lo que atrae verdaderamente a los visitantes: los autómatas.
Cada día a las 12:30 el mecanismo del reloj se activa y pone en movimiento todas su figuras, que se mueven y desfilan para aquellos que las estén contemplando.
La entrada a la Catedral es gratuita, pero para ver el reloj de cerca tendrás que pagar 2 euros.
En mi opinión, es un precio irrisorio por contemplar una maravilla de tal envergadura.
2. La Passerelle des Deux Rives
También conocida como la Pasarela Mimram, esta estructura también es algo que debes ver en Estrasburgo.
¿Acaso es el puente más bonito del mundo? Pueees no, lo cierto es que no.
Pero la ubicación de esta pasarela la convierte en un punto clave de la ciudad.
Esta estructura cruza de lado a lado el Rin, el río que ejerce de frontera natural entre Francia y Alemania.
Esto significa que hay un punto exacto encima del puente en el que dando un solo paso, puedes viajar literalmente de un país a otro.
Cuando estuve allí no pude evitar hacer la típica tontería de avanzar y retroceder varias veces gritando:
«¡Estoy en Francia! ¡Ahora en Alemania! ¡Francia! ¡Alemania!».
Qué puedo decir, a veces hay dejarse llevar un poco por el niño interior, ¿no? 😀
Pero más allá de tener la oportunidad de estar en dos países por el precio de uno (lo cual mola bastante), este emplazamiento es un must si viajas a Estrasburgo porque podrás ver cosas bien chulas.
A. El jardín des Deux Rives
Un lugar perfecto para la calma y la tranquilidad.
Si lo que te apetece es pasear, sentarte a leer o sencillamente parar a descansar, este lugar es ideal (aunque te adelanto ya que no es el único, luego te cuento más).
Formando una media circunferencia que choca con el río, este jardín tiene largos paseos tierra rodeada de césped y árboles que decoran el lugar.
Súmale a este paisaje idílico el sonido del río que discurre cerca, y tienes un sitio hecho a medida de un verdadero slow travel.
B. La torre Weißtannenturm
Vale, lo confieso. Estoy haciendo un poquito de trampa.
La torre-mirador Abeto Blanco (que es la traducción de Weißtannenturm) no se enuentra en Estrasburgo.
Acabamos de cruzar el Rin por la Passerelle des Deux Rives y nos hemos metido en Alemania.
Pero seguro que cuando te hable de ella no te importará demasiado que nos hayamos salido un poquito de la ruta.
La torre Weißtannenturm es bastante reciente. Fue construida en 2003 y su estructura se conforma en torno a tres troncos de abeto blanco (de ahí su nombre).
Tras subir sus 240 peldaños, te hallarás a 44 metros de altura sobre el suelo y es fácil que llegues a lo más alto jadeando.
Pero una vez te encuentres arriba, disfrutarás de una vista sencillamente espectacular.
Creo que es el mejor punto para disfrutar de la extensión de Rin por un lado, y la Selva Negra a lo lejos por el otro.
Y, ¿sabes? Hubo algo que me sorprendió muchísimo cuando paseaba por Kehl. Me encontré con la siguiente estatua.
¿Te suena ese símbolo? Puede que lo hayas visto en nuestra megaguía del Camino de Santiago.
Incluso desde aquí, en Alemania, se puede iniciar un peregrinaje que te lleve a la capital de Galicia.
¡No me digas que no sería una aventura asombrosa!
C. La ciudad de Kehl
Ya que estamos, ¿qué más da adentrarnos unos pocos metros más en Alemania?
La ciudad que recibe a la gente que cruza la Passerelle des Deux Rives desde Estrasburgo se llama Kehl.
No te mentiré, no es que este lugar tenga muchas cosas que ver como Estrasburgo.
Pero no se suelen presentar las oportunidades de visitar un pueblo alemán mientras visitas Francia así que, ¿por qué no aprovechar?
Además, Kehl tiene un punto interesante si te interesa viajar barato.
Y es que los productos que se venden en Alemania están a un precio considerablemente más bajo que en Estrasburgo.
Puede ser un plan magnífico aprovechar el día para visitar el Weißtannenturm, caminar hasta Kehl y echar un vistazo a sus tiendas.
Después de eso te tomas un café en la plaza junto a la Friedenskirche, la Iglesia de la ciudad, y te vuelves a Estrasburgo.
¡Y oficialmente podrás decirle a tus amig@s que has estado en Alemania!
3. Le Petit France, una imagen de postal que podrás ver en Estrasburgo
Es fácil ver que todo Estrasburgo tiene su encanto. Sin embargo es casi unánime la opinión que el barrio de le Petit France se queda con el primer podio en este aspecto.
Sus calles adoquinadas y sus casas blancas y negras de herencia renana bastarían para dar a todo el barrio el aspecto de una postal navideña.
Si le añadimos la belleza que aportan los canales que cruzan el barrio, el mero hecho de pasear por le Petit France de Estrasburgo es un placer.
Esta pequeña sección de la ciudad es perfecta si quieres degustar la gastronomía Alsaciana, o si quieres comprar algún souvenir.
A. La gastronomía Alsaciana de le Petit France
Si hay algo con lo que realmente disfruto al viajar, es probar la gastronomía local.
Soy de esos que piensan que a la cultura de un lugar se accede por la boca.
¡En serio! Es asombroso ver la estrecha relación que existe entre un pueblo y su forma de comer.
Hace unos años estudié Dirección de Cocina y me fascina observar cómo experimentan con las texturas y sabores en otros países.
En el caso de Estrasburgo, recuerdo con especial cariño las Flammkuchen.
En esencia son como pizzas, pero aquí juegan un poco más con los elementos vegetales crudos tras la cocción de la masa, como la cebolla, los canónigos o incluso los frutos rojos.
Y no escatiman a la hora de aderezar el plato con una crema de leche que sabe a gloria.
Si te ocurre como a mí y la gastronomía te enloquece, seguro que te interesará hacer el tour gastronómico por el mercado de Estrasburgo.
Se te hará la boca agua solo de ver los productos y elaboraciones que se ofrecen allí.
B. Los puentes de le Petit France
Unas de las mejores vistas que podrás ver de Estrasburgo se encuentran en sus puentes.
Y le Petit France tiene varios que te recomiendo visitar.
- Le Pont Tournant.
- El puente Saint-Martin.
- Los Ponts Couverts y sus torres de guardia.
- La presa del río Ill ( ILL), desde la que se puede obtener una vista espectacular de los Ponts Couverts.
Es genial pararse un momento en la baranda de estos puentes y disfrutar de los reflejos del agua. Y de paso… ¡hacerte alguna foto! 🙂
Eso sí, debo advertirte que si pasas por el Pont Tournant puede que tengas que hacer uso de tu paciencia.
Se llama así porque suele levantarse cuando pasan los barcos bajo su arco, y tendrás que esperar a que vuelva a bajar para continuar tu camino.
4. Uno de los lugares más bonitos que podrás ver en Estrasburgo: El Parc de l’Orangerie
Antes te contaba que el jardín des Deux Rives era un lugar idóneo para relajarte y pasear, pero que no era el único.
Pues ahora nuestra visita nos lleva al que probablemente sea mi lugar favorito que sí o sí tienes que ver en Estrasburgo.
El Parc de l’Orangerie es el más antiguo de la ciudad, y cuenta con más de 25 hectáreas de terreno.
Aquí podrás perderte entre sus jardines llenos de vegetación y caminar, sentarte en el césped o disfrutar del lago que se encuentra en su interior.
El Parc de l’Orangerie es el hogar del símbolo de Alsacia: la cigüeña. Desde hace muchos años han empleado este entorno natural para reintroducir esta especie que durante un tiempo estuvo cerca de extinguirse.
El lugar tiene algunos puntos de ocio como una bolera, parques infantiles y un circuito de coches antiguos.
Si el centro urbano te acaba saturando, solo tendrás que venirte a este parque para desconectar y despejar tu mente.
El sonido que generan las cascadas que discurren por aquí y por allá son el remedio perfecto contra el estrés.
5. La Grande Île
La Gran Isla de Estrasburgo está rodeada por el río Ill (ILL) al sur y por el Canal du Faux-Rempart al norte.
Dentro de la Gran Isla se encuentran tanto la Catedral de Notre Dame como le Petit France, de los que ya hemos hablado.
Pero aunque esas dos ubicaciones merecían una mención especial, lo cierto es que aquí también están ubicados enclaves muy recomendables que vale la pena visitar.
A. El Palacio Rohan
Te seré honesto, soy un tío bastante friki.
Cuando escuché que en Estrasburgo podía ver un Palacio de Rohan pensé «¡¿Cómo?! ¿Hay algo aquí sobre El Señor de los Anillos?».
Pero no. Mi gozo en un pozo.
A pesar de ello, quise visitar el mencionado palacio y ver de qué se trataba.
Descubrí con placer que lo que antaño había sido la residencia de cuatro cardenales cuyo apellido era Rohan, ahora es un Museo Arqueológico, de Artes Decorativas y de Bellas Artes.
La entrada es gratuita y el Palacio queda justo enfrente de la Catedral de Notre Dame.
Está perfecto para hacerle una visita, ¿no crees? 😉
B. El barrio de la Catedral
No hará falta que nos movamos demasiado. Seguimos en los alrededores de la Catedral puesto que sigue habiendo mucho que ver.
El barrio de la Catedral tiene las típicas callejuelas estrechas que se atestan de tiendas y cafeterías.
Es un lugar genial para visitar tras despertarte y desayunar sin prisa en la Place du Château contemplando a la gente ir y venir bajo la atenta mirada de la Catedral de Notre Dame.
C. La Plaza Kléber
La más grande de todo Estrasburgo y epicentro del bullicio comercial.
Esta plaza es espectacular especialmente en Navidad, momento en el que instalan un abeto gigante bellamente decorado y uno de los mercados de Navidad más bonitos de la ciudad, por eso es un destino top donde viajar en diciembre.
Te confieso que yo fui a finales de verano y me quedé con unas ganas tremendas de ver Estrasburgo nevada y decorada para las fiestas.
Quizá sea la excusa que necesito para volver, ¿te apuntas? 🙂
Estrasburgo, una ciudad que respira historia
Tanto Alsacia como Lorena son dos regiones que han pertenecido a Alemania y a Francia de manera alternativa a lo largo de los siglos.
Han visto épocas de gran prosperidad y han sufrido el azote de grandes conflictos. Y eso deja una huella indeleble de manera inevitable.
Cada rincón de Estrasburgo (ubicado en Alsacia) tiene una historia que contar, un lugar por descubrir o un detalle con el que sorprenderte.
Desde la magnificencia de la Sede del Tribunal Europeo de Derechos Humanos que se encuentra aquí, hasta la sencilla belleza de las flores rojas que cuelgan de la mayoría de las ventanas de la ciudad.
Todo Estrasburgo es cautivador.
Espero haber despertado tus deseos de viajar a este lugar, y sobre todo que hayas disfrutado con este post.
Me encantaría saber si tú también has visitado Estrasburgo, ¿me lo cuentas en los comentarios? Estoy deseando saber qué opinas tú.
¡Un abrazo enorme!
8 respuestas
Gracias! Me lo apunto para cuando esté en Francia y/o alrededores.
Muy buen post!!
🙂
¡Gracias a ti por comentar Cristobal!
Me alegro muchísimo de que hayas disfrutado del post. Si tus pasos te llevan algún día a Estrasburgo, déjame por aquí un comentario y dime qué te ha parecido, ¿vale? Será genial conocer tu opinión.
¡Un abrazo enorme!
Muy completo y bonito el reportaje.
Cuando haya ocasión habrá que visitar Estrasbourg.
Gracias por la información,
Antonio.
¡Muchísimas gracias Antonio!
Me alegra haber despertado tus ganas de visitar esta hermosa ciudad. Espero que si algún día recorres sus calles, te pases por aquí y me lo cuentes. ¡Me encantará saber qué es lo que más te gusta de Estrasburgo!
¡Un fuerte abrazo!
Pues sí. Has despertado mis ganas de visitar Estrasburgo. Y, de paso, poner pie en Alemania, por la que siento gran admiración.
A mí también me gusta viajar, pero siempre echo de menos Valencia (la millor terreta del mon).
Enhorabuena Fran por el artículo.
¡Mil gracias José Miguel!
Viajar es una maravilla, pero al final siempre acaba llamando la terreta, ¿verdad? (¡Incluso aunque ahora mismo haga un calor insoportable jaja!)
Me hace muchísima ilusión haber despertado tus ganas de visitar Estrasburgo. Estoy seguro que si algún día viajas allí, no te arrepentirás.
¡Gracias por tu comentario, un abrazo enorme!
Hola Fran!
Muchas gracias por el articulo! Ahora me dirijo a Estrasburgo y me ha servido para hacerme una idea de qué visitar, gracis de nuevo!!
¡Oh que ilusión! Espero que lo pases genial y disfrutes mucho tu visita.
Recuerda pasar por aquí cuando termines tu viaje y cuéntanos qué es lo que más te ha gustado, ¿vale?
¡Gracias por tu comentario, un abrazo enorme!