Este es un artículo de invitado de Carles Navarro, creador de Fotodinero.com
Crear un negocio online a través de una guía es posible y una forma muy gratificante de ganarse la vida.
Yo lo hice.
A través de una guía de viajes monté toda una empresa sólida detrás que me permitía vivir viajando y facturar mucho más dinero del que necesitaba, desde el primer día en el que arrancó el negocio.
Hoy he venido, de nuevo, al blog de Inteligencia Viajera para tratar de contarte cómo lo hice y compartir la experiencia.
Y aunque ya no me dedique a ello, pienso que todo lo que sé puede ayudarte a ti a ganarte la vida con una guía online, tal y como yo hice en su día.
[toc]
¿Quién soy yo?
Me llamo Carles, soy originario de un pueblo cercano a Barcelona y, como te comentaba antes, no es la primera vez que me encuentro en el blog de Inteligencia Viajera. Hace unos años me pasé por aquí para enseñarte cómo vender fotos por internet, y como soy una persona que no sabe estarse quieta, no descartes volver a verme pronto de nuevo por el blog de Inteligencia Viajera.
Soy nómada digital, vivo viajando por el mundo y me gano la vida online. En vivedistinto.com trato de compartir mi manera de vivir y entender la vida, soy autor del podcast Nómada Digital y no hace mucho publiqué mi primer libro: La vida que yo quiero.
Pero me conocen más por ser el autor de Fotodinero.com, desde donde he enseñado a cientos de fotógrafos de todo el mundo a vender sus imágenes por internet. También dirijo la Academia de Stock Fotodinero Premium y el programa de podcast Fotografía de Stock con el que nos hemos posicionado como el podcast #1 en España de nuestro sector.
Emprendedor digital
Mi vida ha sido muy diferente a la típica historia de emprendedores digitales que estás acostumbrado a escuchar.
Yo no estudié una carrera en la que me frustré ni rechacé un trabajo muy bueno para irme a viajar por el mundo y vivir mi sueño. Y tampoco he cursado estudios reglados.
La última vez que trabajé por necesidad para alguien fue a los 18 años y harto de que me explotaran, decidí largarme y tomar las riendas de mi vida. Desde entonces trabajo y me formo por mi cuenta.
A mí me tocó trabajar desde muy joven, a los 14 años comencé a trabajar en un taller de informática (cuando aún usábamos Windows 98) y aprendí un oficio que marcaría el resto de mi vida.
De allí me fui a trabajar con un señor que me pagaba a menos de 3 euros la hora, monté un cibercafé desde cero para él y lo administré durante casi tres años.
Asqueado de no tener contrato, ni un solo día de vacaciones, ni una baja, ni nada… Decidí marcharme cuando una empresa de informática de Barcelona me fichó como técnico de soporte para empresas externos.
Aguanté 6 meses cobrando 700 euros al mes por una jornada completa y viendo como se facturaban mis horas a 56€ cada una.
1. Me fui a la otra punta del mundo
Harto de ver como los demás se aprovechaban de mí, decidí romper con todo e irme lo más lejos que encontré. A Nicaragua, concretamente a Palacagüina, un pequeño pueblecito rural del norte del país, donde me fui como voluntario por medio año, el 2006.
Encontré mi sitio y me quedé pillado por el país.
Pasaron unos años entre idas y venidas hasta que me decidiera trasladarme a vivir allí. En el 2012 me trasladé a Nicaragua, construí mi propia casa en ese pueblito norteño y empecé a viajar por el país cámara en mano.
2. Emprender se lleva en la sangre
Para ese entonces, ya tenía un negocio propio, pero que no tenía ninguna relación con el mundo digital.
En el año 2008, con 21 años, pedí un préstamo y me compré un remolque de venta ambulante de comida, de los que ahora se llaman foodtrucks, empecé a vender comida en las noches de fiestas mayores, discotecas y eventos.
El negocio funcionó muy bien y mi empresa creció, llegué a tener 5 remolques diferentes y emplear a más de una docena de personas.
La vida del trabajador nocturno es muy dura, más aún cuando tus clientes normalmente están borrachos, así que decidí que iba a trabajar solo la temporada de verano, para pasar el resto del año en Nicaragua tomando fotografías y viajando.
Algo que me apasionaba y me apetecía.
Además, las fotografías las vendía online y con ello me pagaba los viajes que hacía; pronto se convertiría en una actividad recurrente.
3. Me recorrí y fotografié el país entero
Viajando, con mi cámara en mano, me sentía libre. Quería vivir así, aunque todavía no sabía cómo iba a lograrlo, entendí que esa era la meta que quería alcanzar.
En uno de esos viajes por el país, en la isla de Ometepe, la isla de agua dulce más grande del mundo, un verdadero paraíso natural.
Se me juntaron un grupo de mochileros extranjeros. Como yo conocía bien el país y la manera de hacer de la gente, conmigo era mucho más fácil y barato moverse por él.
4. Un negocio nace de una idea
Para ese entonces, no había apenas nada de información turística online sobre Nicaragua. De hecho, una de las chicas con las que viajaba fue quien me dio la idea:
“Con toda la información que tienes de Nicaragua, deberías montar una guía online para que los turistas extranjeros puedan moverse por todos lados y conozcan bien el país”.
La idea quedó retumbando en mi cabeza por mucho tiempo.
Casi un año y medio después la realicé, pero por el camino me había construido mi casa y había abierto un pequeño negocio de víveres en mi propiedad, lo que en Nicaragua se llama una pulpería (una especie de pequeño supermercado).
5. Desarrollar un plan de negocio viable
Tardé un tiempo en desarrollar la idea de negocio de una guía online.
Para ello, utilicé la idea de otro negocio que conocía muy bien y en el que me basé: mi padre tiene una guía local en papel. El periódico de noticias de mi pueblo, donde había escrito innumerables artículos y había ayudado en la parte comercial, que se me daba bastante bien.
El negocio de mi padre está sustentado por la publicidad que hacen los negocios locales, anuncios que salen al lado de las noticias locales y artículos de opinión.
Desde chaval, yo me había pateado las calles de mi pueblo visitando a los negocios locales para ofrecerles publicidad.
Se me daba bien la tarea de comercial y me pagaban por comisión, con lo que me sacaba un buen dinero.
También había hecho de repartidor de las revistas y de publicidad por buzoneo, que era un trabajo muchísimo más duro y que detestaba.
Plan de Negocio: Una guía online donde vender publicidad a negocios locales.
En mi cabeza ya tenía el esquema de cómo iba a desarrollar mi negocio: vendiendo publicidad a los negocios turísticos de Nicaragua. Una industria que se estaba desarrollando a un ritmo muy acelerado.
La otra parte del plan consistía en escribir una cantidad ingente de información sobre cada rincón del país con lo básico que pudiera necesitar un turista, traducirla al inglés y montarla en una web que visualmente fuera bonita y práctica para la navegación.
Aunque yo tenía conocimientos de informática avanzados, tenía claro que no podría con todo, así que contacté a un amigo que vivía en Sevilla para que hiciera él la web, ofreciéndole una parte de mi futuro negocio.
Lo siguiente fueron muchísimas horas de recolectar información y escribir. Pasaba el día entero con el ordenador, redacté más de mil páginas de información y visité los sitios que todavía no conocía.
Pero tenía clarísimo que el negocio iba a ser un éxito, sabía que era la mejor idea que se me había ocurrido y que el negocio tenía un potencial enorme.
Busqué un nombre adecuado y que tuviera el dominio disponible. Así nació la mayor guía de viajes online del país: “Travel Guide Nicaragua” ( travelguidenicaragua.com).
1. Vender publicidad: mi primer día
A mediados de octubre del 2013, cogí mi mochila, la cámara, el portátil y me monté en un bus que me llevaría a la ciudad de Granada, el primer destino turístico del país.
Para ahorrar, dormí en un hostel inmundo donde había más cucarachas que personas.
El día siguiente de llegar, me lancé a la calle con mi portátil y una suerte de contratos de publicidad que había redactado. Dispuesto a hacer visitas a puerta fría a los negocios turísticos, hoteles y restaurantes de la ciudad.
Lo recuerdo como si fuera ayer: después de algunas negativas, conseguí mi primera venta. Un anuncio de un restaurante de comida rápida que acababa de abrir y que regentaba un francés, situado en la Calle de la Calzada, el centro neurálgico del turismo en la ciudad.
Me contrató uno de los anuncios buenos: por el precio de 120 dólares al año y con un descuento de 20 dólares “por ser el primer año” (lo que él no sabía era que había sido el primer anunciante de todos).
Además, le hice una sesión de fotografía express al negocio y me regaló el desayuno que me había tomado.
Cargado de energía y motivación, seguí haciendo visitas y cosechando pequeñas victorias. Aunque la mayoría me decía que no, o que “ya me lo pensaré”, para cuando cayó la noche, había vendido 600 dólares en publicidad.
Incluso al hostel inmundo en el que dormía. 😉
A los 4 días tenía que regresar a mi casa, cerca de 30 anunciantes nuevos y más de 3.000 dólares bajo el brazo. Recuerdo el correo que le escribí a mi amigo, lleno de emoción: “no solo funciona, esto es una mina de oro que está esperando que alguien la pique.”
Nos pasamos dos semanas para poder estructurar y subir toda la información que había recolectado.
2. Tener un equipo: al inicio contraté a una ayudante
Rápidamente me di cuenta de que necesitaría ayuda, que el potencial del negocio estaba en que yo saliera a vender y que debía delegar mucha parte de trabajo administrativo que me ocupaba demasiado tiempo.
La casualidad hizo que una amiga, también catalana y que vivía en el pueblo, me explicara que se encontraba en una muy mala situación: madre de dos hijos y trabajadora social, estaba harta del proyecto en el que trabajaba y de su jefa directa, que era una déspota sin escrúpulos.
Años atrás, cuando yo me encontré con una situación muy mala viviendo en Nicaragua, esta misma amiga me acogió a mí y a mi perro en su casa por una temporada.
Así que quería devolverle el favor: le pregunté cuanto ganaba en su trabajo y le dije que le igualaba el sueldo; que si quería, ya podía despedirse de su trabajo.
En mis negocios, siempre me he rodeado de amigos, de gente en la que tengo confianza. No siempre me ha salido bien, pero me es imposible no hacerlo si sé que es una ayuda necesaria para ellos y una necesidad laboral cubierta para mí.
3. Un equipo comercial con el que salir a vender
Otra de las cosas que hice rápidamente fue diseñar una estrategia comercial.
Vino otro amigo desde España para ello. Un fotoperiodista asturiano con el que hice mucha amistad durante las revueltas mineras que se dieron en junio del 2012 y que yo me fui a cubrir como fotógrafo freelance.
Mi amigo quería venir a Nicaragua.
Su idea era hacer un reportaje de Gaspar García Laviana, un cura asturiano que se había enrolado a la guerrilla nicaragüense en la revolución de los 70 y que acabaría siendo conocido como el Comandante Marín, un internacionalista muy querido del país y que murió antes del triunfo de la revolución de 1979.
Empezamos a visitar varios rincones del país y salimos a vender publicidad. Aunque él estaba a medio tiempo conmigo y la otra parte con el reportaje que quería hacer, nos arreglábamos bien y llegamos a buen entendimiento.
Para inicios de la temporada de verano, cuando yo regresaba a Barcelona para atender mi otro negocio (la venta ambulante de comida), yo ya había facturado más de 20.000 dólares.
Además, todavía tenía “el supermercado” en casa, que suponía otra entrada extra importante.
4. Aprender a pivotar: cerré la pulpería y cambié la estrategia
Cuando regresé de trabajar en Barcelona, me encontré que el administrador que había dejado en la pulpería, la había saqueado. Se había fundido toda la pasta y, además, dejado deudas con proveedores. Al exigirle explicaciones, estando yo muy cabreado, renunció a su trabajo y se marchó, sin más.
Así que decidí focalizar mis esfuerzos en la guía y cerrar totalmente el otro negocio.
Más aún, decidí también cerrar mi otro negocio, el de la venta ambulante de comida, los foodtrucks empezaron a ponerse de moda y había mucha competencia por todos lados.
Estaba harto de trabajar de noches y mantener el negocio cerrado tantos meses al año me suponía muchos problemas. Así que poco a poco lo cerré y vendí todo.
A finales del año 2015 me centré únicamente en Travel Guide Nicaragua, donde ya trabajaban conmigo 4 personas y anunciábamos a más de 300 negocios turísticos por todo el país.
5. Análisis del negocio
El negocio iba viento en popa, trabajaba muchas horas pero las disfrutaba: me pasaba de viaje la mayor parte del tiempo.
Aunque una vez en los sitios me tocaba el trabajo comercial, me lo montaba para poder disfrutar de días sueltos e ir a hacer actividades o tomar fotografías.
Tenía la vida que quería.
Siempre me ha gustado medirlo todo, creo que es muy importante para poder analizar correctamente todo y tomar medidas en consecuencia.
[bctt tweet=»Haciendo pruebas y analizando continuamente el negocio es donde se encuentran los éxitos » username=»iviajera»]
La estrategia comercial la fui cambiando poco a poco, en primer lugar porque mi amigo se marchó, con lo que contraté a otras personas para hacer de comerciales.
Pero no fue hasta que hice un análisis exhaustivo de mi estrategia comercial, que me di cuenta de que el 80% de la facturación la producía yo.
No solo eso, sino que apenas me salían rentables las salidas de otros comerciales a las zonas, donde se facturaba mucho menos si no era yo el que iba a visitarlas.
Decidí cortar por lo sano: yo quedaría como único responsable comercial de la empresa.
Además, trasladaría mi sede al centro del país, a Managua (la capital), desde donde estaba todo muchísimo mejor comunicado y me podía desplazar en coche con más facilidad a todos los rincones.
Organicé un equipo en Managua: contraté a una administrativa, diseñadora y a un desarrollador web que me permitiera tener total independencia y “hacer las cosas en casa”.
6. Negocios derivados de la guía turística
Viajando me di cuenta de una oportunidad de negocio muy buena.
Como visitaba a los negocios turísticos de cada zona, me era muy fácil dar un valor agregado a mi servicio al que pudiera sacarle provecho.
Creé una colección de postales turísticas.
Tenía miles de fotos de todo el país y visitaba todos los rincones, con lo que tenía el producto y además los distribuidores.
Así que imprimí miles de postales que repartí por varios de mis clientes para que vendieran con un enorme margen de beneficio a los turistas.
Desde entonces se han vendido más de 200.000 postales mías por todo Nicaragua.
Comencé también otra serie de servicios derivados para mis clientes que daban un valor añadido a la publicidad y que además de ayudarles en sus negocios, hacían crecer el mío.
7. Optimizando el tiempo conseguí más libertad: 5 meses de vacaciones al año
A finales del 2016 me di cuenta de que viajaba mucho por Nicaragua, casi constantemente.
Y también de que si me organizaba mejor podía hacer el mismo trabajo en menos tiempo, o conseguir los mismos resultados con menor esfuerzo.
Decidí agrupar todas las visitas en la temporada alta turística, de diciembre a junio, para tener libre el resto del año e irme de vacaciones a viajar a otros países.
Durante los años 2016 y 2017 tuve 5 meses de vacaciones al año y gané más que los años anteriores.
Libertad financiera y vacaciones perpetuas
Puede que te suene extraño, pero yo me había propuesto alcanzar la libertad financiera para cuando cumpliera 32 años (en agosto de este año 2019).
Para ello, había estructurado el “plan libertad financiera” que me permitiría, para esa fecha, ingresar más dinero del que necesitaba para vivir de manera totalmente automática y poder viajar eternamente sin necesidad económica.
1. Traspasar el negocio de la guía online para ganar libertad
Uno de los puntos importantes para mi libertad financiera era el de vender el negocio y dejar de tener responsabilidades. Para ello, necesitaba encontrar a alguien que estuviera dispuesto a comprarlo.
Aunque el negocio funcionaba muy bien económicamente, no era un negocio fácil de gestionar, porque necesitabas tener una serie de habilidades muy concretas:
- Controlar de marketing digital.
- Ser buen comercial y saber llevar un equipo.
- Poder resolver problemas de la web.
Me costó, pero conseguí un comprador.
No se quedaba la totalidad del negocio, pero sí el 50% y la parte de trabajo local (el trabajo comercial).
Y yo me quedaba con todo lo técnico, podía delegarlo a una tercera persona a sueldo y sencillamente estar pendiente de que todo funcionara bien.
Así que hice un trato para vender el 50% del negocio, por 5 cifras, en enero del 2018.
Parte del trato era que debía instruir al nuevo socio, de manera que se programaron una serie de pagos mientras se traspasaba la parte comercial del mismo.
Para diciembre estaría totalmente operativo el nuevo funcionamiento de la empresa.
2. Una crisis político-social me destroza los planes
En abril del 2018 empiezan unos problemas sociales en Nicaragua que desencadenan una serie de conflictos armados. En pocos meses cientos de personas mueren y el país se desestabiliza brutalmente, quedando el sector turístico totalmente devastado.
No te puedes hacer una idea de lo que es eso hasta que lo vives: barricadas, saqueos, asesinatos y un país tomado en armas. Fueron unos meses durísimos.
Para que seas consciente de la dimensión del problema que esto supuso para mí, te cuento que:
- El futuro socio dejó de pagar la compra del negocio.
- Quedaron pendientes de cobro más de 30.000 dólares en contratos.
- El 80% de mis clientes cerró su negocio (y el resto quedaron arruinados).
Y, además, había hecho una fuerte inversión turística (que se perdió) que me iba a permitir tener una renta mensual alta.
Tuve que cerrar temporalmente la empresa y despedir a todo el mundo porque la situación se volvió insostenible.
Para rematarlo, una serie de problemas personales y familiares terminaron de hacer añicos todos mis planes. Hasta tal punto que, en octubre del 2018 decidí irme a escribir el libro La vida que yo quiero para poder recuperarme de todo. Si tienes curiosidad, escribí un post titulado “qué hacer con mi vida” y que me ayudó a desencallar la situación.
3. Mi regreso y nuevos planes
En enero del 2019 regresé a Nicaragua (es el país donde tengo mi residencia) para ver qué pasaba, hacer un análisis de la situación y tomar las decisiones correctas.
Pero lo hice como una persona totalmente nueva.
Escribir el libro me ayudó a entender exactamente qué es lo que yo quiero hacer, cómo me gustaría hacerlo y qué es lo que me hace feliz.
Y tratar de recuperar mi negocio de promoción turística no es el camino elegido. Tampoco necesito alcanzar la libertad financiera, me da igual.
Soy feliz con lo que hago ahora.
Vivo de mis negocios online, hago publicaciones en mis blogs, ayudo a los demás y lo hago todo mientras tomo fotografías y viajo alrededor del mundo.
No me molesta trabajar así, me siento realizado.
He estado en Nicaragua hasta finales de junio del 2019 y mantengo mi residencia allí. Pero ahora mi forma de ganarme la vida es otra y viajar forma parte de ella, con lo que por el momento solo paso unos pocos meses en el país.
¿Quién puede montar una guía online?
Cualquier persona con interés de montar un negocio digital y unos mínimos conocimientos de redacción y gestión de proyectos.
Lo que yo hice en Nicaragua con Travel Guide Nicaragua es un modelo de negocio fácilmente replicable en cualquier lugar y de cualquier temática, no solo de viajes.
Se puede hacer una guía online de vinos, de restaurantes, de hoteles, de experiencias o de lo que sea.
De lo que se trata es de poder ofrecer a los usuarios una información específica sobre una temática y posicionarse como expertos en el sector para después monetizar la audiencia y el portal.
¿Nos vemos del otro lado?
Creo que te he dado muchísima información en este post, que quizás ni siquiera te habías planteado crear una guía online para tener tu propio negocio digital. Puede que necesites un poco de tiempo para procesarlo todo. No pasa nada, es normal.
Como te he dicho hace un momento, yo te esperaré del otro lado, en algún lugar del mundo con mi portátil y conexión a internet.
Me encantaría contar contigo entre mis alumnos, porque creo que puedo ayudarte a cambiar tu vida y montar un negocio digital que funcione.
Eso sí, no te doy nada hecho, ven con ganas de trabajar. El camino te lo enseño yo, pero tú vas a tener que caminarlo.
Y si quieres preguntarme dudas, pedirme opinión o contarme tu experiencia, ahí tienes los comentarios. 😉
Shutterstock: Dos estudiantes en un café aprendiendo.
10 respuestas
Hola Carles, me parece interesantísimo el artículo. Me gustaría recibir más información del curso y saber tu opinión sobre las posibilidades de monetizar una guía de ocio de una ciudad, que es lo que a mí me interesa. ¡Mil gracias!
Hola Marta! Qué bien 🙂
En el enlace al curso tienes todo el temario, además de que vamos a publicar un pequeño paseo virtual para que veáis el contenido que hay adentro. Para rematarlo, yo me adhiero a la filosofía de «Happy money» de Antonio G. así que lo tienes muy fácil: Te puedes apuntar al curso y si ves que no es para tí, te regresamos el dinero. Sin más.
Las guías de ocio de ciudad tienen un potencial bestial, sobretodo si los negocios del sector están en alza (que les va bien económicamente). En el curso te explico como mirar si tienes un hueco de mercado y te doy las ideas de monetización que necesitas. Paso a paso. Así que seguro que te servirá. 🙂
Un abrazo!
Wow!
Todo un ejemplo de superación y adaptación constante a los cambios que se te avecinaban.
No conozco Nicaragua y la verdad que nunca había pensado en ir, pero después de haber leído el post, la verdad que me ha entrado el gusanillo jajaja.
Haber vivido una situación político-social como la que cuentas tiene que haber sido una experiencia dura a la par que enriquecedora a otros niveles.
Estoy segurísimo que el curso ayudará a mucha gente y a mejorar otro poquito más al mundo. Ole! Ole!
Un saludo!
Hola josé Carlos. Gracias por tus palabras! Nicaragua es un país precioso, que además tiene unos contrastes brutales. Siempre digo que son varios paises en uno. Merece la pena verlo.
La vivencia que tuvimos el año pasado fue brutal, sí. Claro que aprendes mucho de estas cosas… Lo que seguro que he aprendido es: la guerra es algo terrible.
Que ricura leer tu historia Carles, muy inspiradora…Yo quiero hacer esta guía online en mi ciudad. Gracias Inteligencia Viajera por compartir.Estoy iniciando en el mundo online y construyendo mi página web, que tiene como objetivo visibilizar emprendedores en mi ciudad, ¡Tus comentarios me pueden ayudar mucho. Gracias! Un gran y feliz abrazo!En mi web el tema de «Cocina» tiene que ver más con «Cocinar ideas», que digieres para sacar tu mejor «Don» Y «Propósito y entregarlo al mundo!?
Muchas gracias por tus palabras iana! Será un placer ayudarte a crear tu guía online de tu ciudad. ¡Te veo en el curso! 🙂
Wow Carles que pasada. Yo lo había pensado 1000 veces esto. Fuí a Nicaragua por 1a vez en 2017 a un voluntariado” Yo sí puedo” y me costó un montón encontrar i formación del país así que pensé que seria una super idea xo nunca tube las agallas de hacerlo. Que emociona te suena tu historia. !!
¡Hola Ingrid!
Sí, la historia de Carles es muy emocionante, a la vez de ser una historia de superación e inspiradora.
Como verás las ideas con acción pueden salir adelante 😉
Gracias por pasarte por aquí y dejar tu comentario.
¡Un abrazo!
excelente carles muchisimas gracias por toda esa informacion tan importante. quisiera saber que precio tiene el curso
¡Hola Juan!
Me alegro que te haya gustado el post, Carles se lo curró mucho, ¿verdad?
Te dejo el enlace del curso aquí para que le eches un vistazo >> Guía online como negocio digital. El precio ahora está en 247€ + IVA, pero puede cambiar al aplicar ofertas temporales, por lo que te recomiendo que entres al enlace. 😉
Un abrazo, ¡y gracias por pasarte por aquí!